En teoría, los clientes son el núcleo de cualquier empresa: sin clientes no hay empresa. Entonces…¿por qué no le prestamos toda la atención que se merecen?
Para aprender a comunicar con tus clientes y ver cómo día a día incrementa la confianza que depositan en tu empresa no necesitas de los medios de las grandes empresas. Siguiendo estas 4 simples recomendaciones podrás fomentar una relación con tus clientes duradera:
UN BUEN SERVICIO DE ATENCIÓN AL CLIENTE
Una de las bases para ofrecer un buen servicio de atención al cliente es la de conocer cómo son tus consumidores. Interésate por sus gustos, dudas, sugerencias…y adáptate a sus necesidades.
Partiendo de esta premisa, procura que tu cliente se sienta respaldado durante todo el ciclo de compra o prestación del servicio con el objetivo de mantener una relación duradera y fructífera para ambos.
Proporciona un canal de comunicación que permita trasladar estas cuestiones de la manera más fácil y cómoda. Las redes sociales como Facebook o Twitter son una herramienta perfecta para potenciar las relaciones de los clientes con tu marca por su inmediatez y versatilidad.
RESPETA A TUS COMPETIDORES
Descalificar al otro para ensalzarse a uno mismo es un rasgo inherente del ser humano, pero a pesar de esto, debemos evitar caer en esta trampa biológica e imponer nuestros puntos fuertes y tratar de mejorar los débiles con la más sincera humildad.
LA INFORMACIÓN TIENE QUE FLUIR Y DEBE SER VERAZ Y REALISTA
La transparencia se hace más que obligatorio en un escenario como el actual, en el que un pequeño desliz puede perjudicar la reputación de tu empresa. Tampoco prometas nada que no puedes cumplir: en ocasiones nos vemos obligados a decir que sí ante cualquier sugerencia con tal de contentar a los clientes. Y en ocasiones es mejor decir un no realista y ser coherente con tus posibilidades. Un no de ahora puede ser un sí futuro.
HAZ USO DE LAS PROMOCIONES
A nadie le amarga un dulce, y a tus clientes menos.
Utiliza las promociones y descuentos para tratar de engancharlos y que prueben tus productos minimizando los riesgos implícitos en una decisión de compra. O simplemente utiliza estas estrategias para gratificarlos por su fidelidad y devolverles así la confianza depositada en tu empresa.
Estos 4 puntos parecen fáciles pero comprometerte al 100% con ello implica un gran esfuerzo y una política organizacional centrada en el cliente.
Para finalizar, te recomiendo que empieces por una cosa bien simple: el cliente es una fuente de sabiduría infinita, no la desperdicies.