El calado de la tecnología en todos los sectores productivos de la sociedad es algo que no vamos a discutir en este post. Es tal la rapidez con la que avanza la tecnología que no podemos sino sentir vértigo al comprobar que no podemos asimilar tanta innovación. Vivimos tiempos de frenesí en el que estos avances no han hecho más que trastocar los paradigmas clásicos empresariales, obligando a las compañías a volverse más flexibles si quieren ser a la vez más competitivas.